En el marco del Día Mundial de Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes, datos oficiales revelan que la entidad enfrenta un panorama crítico en materia de salud reproductiva.
De acuerdo con el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), durante 2024 se registraron 10,309 embarazos en niñas y adolescentes poblanas de entre 11 y 18 años, lo que equivale a 28 nacimientos diarios.
La cifra representa un incremento del 25.4 % respecto a 2023, cuando se contabilizaron 5,392 casos, es decir, mil 372 embarazos menos.
El crecimiento más alarmante se observó en menores de 12 años: en este rango la cifra pasó de 8 casos en 2023 a 14 en 2024, lo que representa un aumento del 75 %.
En tanto, entre las adolescentes de 15 a 19 años, el 7.7 % ya son madres en Puebla, ubicando al estado entre las entidades con mayor tasa de fecundidad adolescente en el país, según cifras del INEGI.
Organismos de salud advierten que los embarazos adolescentes incrementan el riesgo de complicaciones médicas como desnutrición, partos prematuros y mortalidad neonatal. A nivel social, perpetúan desigualdades educativas y económicas, pues muchas jóvenes abandonan la escuela y ven limitadas sus oportunidades de empleo.
Aunque el gobierno estatal reportó que en 2023 las madres menores de 20 años representaron el 17.4 % del total de embarazadas, los datos de 2024 muestran que las estrategias implementadas no han sido suficientes para contener el problema.
Especialistas subrayan la importancia de reforzar la educación sexual integral, garantizar el acceso a servicios de salud reproductiva y promover campañas informativas libres de estigmas.
El panorama en Puebla es claro: los embarazos adolescentes continúan en aumento y demandan acciones inmediatas para proteger los derechos, la salud y el futuro de las niñas y jóvenes.