Este martes inició la rehabilitación y ampliación de la carretera federal Puebla–Tlaxcala, una vialidad estratégica que no había sido intervenida de manera integral en más de tres décadas y que conecta a la capital poblana con el estado de Tlaxcala.
De acuerdo con información oficial, los trabajos abarcan 6.3 kilómetros de intervención, que incluyen el fresado de 21 mil metros cuadrados, el tendido de 2 mil 866 metros cúbicos de carpeta asfáltica, así como la ampliación de carriles, la construcción de un camellón central, mejora de la imagen urbana y la instalación de señalización horizontal y vertical.
La obra se divide en dos frentes principales:
• 3 kilómetros de rehabilitación en laterales, desde el entronque de la autopista hasta la zona conocida como El Capulín.
• 3.3 kilómetros de ampliación a cuatro carriles, en el tramo de El Capulín hacia los límites con Tlaxcala, en el área de Covadonga.
Las acciones beneficiarán de forma directa a 131 mil habitantes de las juntas auxiliares de San Pablo Xochimehuacan, San Jerónimo Caleras y San Felipe Hueyotlipan. Al tratarse de una vía de conexión interestatal, se estima que la mejora en la infraestructura impactará positivamente en la movilidad de más de 2 millones de personas, incluyendo transporte público, prestadores de servicios y comercio regional.
Habitantes de la zona señalaron que la rehabilitación del tramo permitirá mejorar la seguridad vial, reducir el deterioro vehicular y fortalecer la actividad comercial, además de mejorar la imagen urbana en uno de los accesos más transitados entre Puebla y Tlaxcala.