El acceso de las mujeres a la vivienda propia en Puebla muestra rezagos claros frente a la meta de igualdad patrimonial: mientras entre 30 y 36% de los hogares en la entidad son encabezados o tienen como persona de referencia a una mujer, la proporción de viviendas registradas a nombre de mujeres es sensiblemente menor y persisten obstáculos estructurales (ingresos más bajos y menor acceso a crédito hipotecario) que explican esta diferencia.
A nivel nacional, las encuestas censales y de vivienda muestran que, entre las viviendas propias, una mayor proporción está registrada a nombre de hombres que de mujeres; según INEGI, del total de viviendas propias 56.9% estaban a nombre de un hombre y 41.5% a nombre de una mujer (ENVI/Censo). 
En Puebla, fuentes oficiales y tabulados del Censo/portales estatales registran que entre 35% y 36% de las viviendas cuentan con una mujer como persona de referencia o jefa del hogar (Censo 2020 / datos estatales). Es decir: tres de cada diez hogares en la entidad dependen económicamente de una mujer, pero eso no se traduce necesariamente en titularidad formal del inmueble. 
Informes especializados estiman que en Puebla aproximadamente 3 de cada 10 mujeres son propietarias de su vivienda, cifra que coincide con análisis periodísticos sobre la titularidad femenina en la entidad. 
La brecha tiene componente financiero: las mujeres reciben una menor proporción de créditos hipotecarios y subsidios; informes apuntan que solo alrededor del 35% de los créditos hipotecarios se entregan a mujeres, lo que limita su capacidad de compra en el mercado formal. 
En el plano nacional, hay más de 11.4 millones de hogares con jefatura femenina (aprox. 32% del total de hogares), lo que subraya que una proporción considerable de familias depende de ingresos femeninos y, aun así, enfrenta barreras para acceder a vivienda propia.